Cambio de titular agua zaragoza
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Zaragoza,[a] también conocida en inglés como Saragossa,[b][4] es la capital de la provincia de Zaragoza y de la comunidad autónoma de Aragón, España. Está situada junto al río Ebro y sus afluentes, el Huerva y el Gállego, aproximadamente en el centro de Aragón y de la cuenca del Ebro.
A 1 de enero de 2021, la población del municipio de Zaragoza era de 675.301 habitantes,[5] (la quinta más poblada de España) en una superficie de 973,78 kilómetros cuadrados (375,98 millas cuadradas). La población del área metropolitana se estimaba en 2006 en 783.763 habitantes. El municipio alberga a más del 50% de la población aragonesa.
La ciudad es famosa por su folclore, gastronomía local y lugares emblemáticos como la Basílica del Pilar, la Catedral de La Seo y el Palacio de la Aljafería. Junto con La Seo y la Aljafería, otros edificios forman parte de la Arquitectura Mudéjar de Aragón, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las Fiestas del Pilar se cuentan entre las más célebres de España.
Los Sedetani, una tribu de antiguos íberos, poblaban una aldea llamada Salduie [es] (Salduba en las fuentes romanas). Más tarde, Augusto fundó una ciudad llamada Caesaraugusta[10] en el mismo lugar para asentar a los veteranos del ejército de las guerras cántabras. La fecha de fundación de Caesaraugusta no se ha fijado con precisión exacta, aunque se sabe que se sitúa entre el 25 a.C. y el 11 a.C.
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En 2008, la ciudad española acogió una Exposición Internacional dedicada al agua y la sostenibilidad que cambió el paisaje de la ciudad. Rodeada de ríos, la ciudad ha crecido de espaldas a ellos. La Expo ha abierto Zaragoza creando parques, avenidas verdes y muchas zonas de ocio alrededor de las riberas. “La idea de organizar una Expo surgió en parte de nuestro deseo de acercar las zonas fluviales a la ciudad”, explica Fransisco Pellicer Corellano, director gerente de la Expo y director del centro medioambiental del río Ebro y profesor de geología y física de la Universidad de Zaragoza.
La ambición de la Expo era también intelectual. Durante el transcurso del evento, las conferencias “La Tribuna del Agua” permitieron a expertos y personas influyentes de todo el mundo debatir cuestiones como la gestión del agua, la calidad del agua, la agricultura, la gestión de la tierra y los bosques, el cambio climático, la economía del agua y el agua y la energía. Estas conferencias dieron lugar a la creación de la Carta de Zaragoza, que establecía directrices para que países y ciudadanos lograran la sostenibilidad del agua. “La Carta no ha envejecido nada y todavía tiene un largo camino por delante”, comparte Juan A. Ibáñez, Presidente de la asociación Legado Expo Zaragoza que promueve el legado de la Expo.
La escasez mundial de agua, tema principal de la Expo de este año en
El programa Zaragoza Ciudad Ahorradora de Agua se inició en 1996 como respuesta a la escasez de agua y sigue en marcha. Ha incluido campañas de sensibilización, la implantación de ejemplos de buenas prácticas de reducción del consumo de agua y compromisos públicos voluntarios por parte de ciudadanos y empresas. Las tarifas del agua se revisaron para ofrecer desincentivos e incentivos que garanticen una recuperación total de los costes, manteniendo al mismo tiempo la asequibilidad para los hogares con bajos ingresos. El programa también incluía mejoras en la infraestructura de distribución de agua para reducir su desperdicio. Después de 15 años (2010), la ciudad logró una reducción del consumo de agua de casi el 30%, debido principalmente a cambios de comportamiento en el uso del agua. Tras esta importante reducción, las siguientes medidas aplicadas permitieron disminuir ligeramente aún más los niveles de consumo de agua. Estas medidas han ido acompañadas de varias campañas de concienciación. La ciudad es ahora conocida en todo el mundo como líder en el campo del uso sostenible del agua.
Water Europe entrevistó a Veronica Manfredi, Comisaria Europea de Agua.
Un parque inscrito en la franja verde del Ebro y en sus huellas históricas, que asume su condición entendiendo que existe un aprecio a su singular ubicación, meandro de un río lleno de energía y dueño de su dinámica esencial.
La historia imaginada para inventar el parque es reconocer el origen del bosque de plata, extenderlo e instalarnos en su interior, colocando praderas, planificando el trazado del agua como lo hacían los agricultores. Nuestra ambición no es colocar un dibujo brutal en el sitio sino dejar que el suelo exprese sus cualidades: al contrario que la arquitectura, el paisaje no se dibuja, expresa la historia de un territorio y de la relación que sus habitantes mantienen con él.
El parque tiene por objeto mantener no sólo su funcionalidad durante las avenidas sino también el papel del meandro como zona de expansión, que ofrece un espacio de subcorriente y filtrado natural a través de la vegetación; así el río puede disipar energía y reconducir el agua hacia abajo. Las zonas de baño, las partes más diseñadas y los edificios están protegidos de las inundaciones mientras que el bosque fluvial, como es necesario por su naturaleza, será cubierto por las aguas del Ebro, redibujando el borde de los parques.