Dios me libre de las aguas mansas
Salmo 69:13
Cuando Yongsung Kim concibió por primera vez el cuadro La mano de Dios, imaginaba una nueva perspectiva de Jesucristo mientras extendía la mano para salvar a Pedro de morir ahogado. La mayoría de los cuadros que representan esta historia pintan la escena desde una perspectiva en tercera persona. En cambio, Yongsung Kim decidió pintar La mano de Dios desde la perspectiva de Pedro en primera persona. Y como Yongsung Kim eligió esta perspectiva en primera persona, el cuadro de La mano de Dios resulta mucho más cercano y fortalecedor, porque nos conecta con el Salvador a un nivel mucho más profundo. El cuadro La mano de Dios, de Yongsung Kim, lo consigue porque imaginamos que Jesucristo nos tiende la mano para salvarnos personalmente de morir ahogados.
Qué experiencia tan asombrosa debió de ser para Pedro aquel día. En pocos minutos, primero caminaba sobre el agua, luego se ahogaba y rápidamente fue salvado por la mano de Dios, ¡el Señor Jesucristo! Además, este suceso nos enseña que cuando clamamos a Dios, ||Señor, sálvame||, ¡podemos saber con certeza que Jesucristo nos salvará!
Escritura sobre las inundaciones
Las “aguas tranquilas” son aguas que fluyen muy lenta y calmadamente; traen mucha paz y descanso al espíritu de uno. Una de las cosas más relajantes de la vida es el sonido de un arroyo burbujeante o de una corriente de agua que fluye… es algo que te lleva a un lugar de calma, donde puedes concentrarte sin distracciones.
En hebreo, las palabras para “aguas tranquilas” en el Salmo 23:2b son “Mai Menochot”, que significa literalmente “aguas tranquilas”. Nuestro Pastor quiere guiarnos a un lugar de descanso, un lugar de confianza, un lugar de seguridad, un lugar donde te apoyes en Él y te centres en Él sin nada que te distraiga. El quiere quitar la “carga pesada” de tu vida y reemplazarla con Su paz y descanso eternos.
“Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. “Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera”. Mateo 11:28-30 (énfasis mío)
Otra cosa importante a notar en este versículo es el hecho de que necesitamos agua. Nuestro Buen Pastor nos conduce al lugar de descanso, pero antes de eso, nos conduce a un lugar donde podemos saciar nuestra sed. Sin agua, uno no puede sobrevivir por mucho tiempo; el agua es una necesidad para la vida y sin ella, moriríamos.
Salmo 69:17
Uno de los milagros más instructivos de Jesucristo tiene lugar cuando el apóstol Pedro salta de una barca y camina sobre aguas turbulentas para encontrarse con el Señor en el mar. El relato, que sigue los pasos de otro milagro esclarecedor, la alimentación de los 5.000, se recoge en Mateo 14:22-36. No sólo Jesús camina sobre el mar de Galilea, sino también Pedro.
Varias lecciones valiosas -algunas obvias y otras no tan evidentes- se introducen en el relato de cuando Pedro camina sobre las aguas. Jesús acaba de alimentar a una multitud de miles de personas con dos peces y unos pocos panes. Los discípulos empiezan a ver quién es Jesús, pero su fe en Él todavía puede crecer. Inmediatamente después de este milagro, Jesús comienza su siguiente lección. Ya es de noche, y Jesús no ha tenido tiempo de estar a solas con su Padre, la misma razón por la que había venido a este lugar aislado cerca del mar. Así que Jesús envía a sus discípulos en una barca para cruzar el Mar de Galilea.
Jesús deja tiempo para estar a solas con Dios. Esta es la primera lección importante que podemos sacar del relato para ayudarnos a capear las tormentas de la vida. Jesús despide a los discípulos para poder estar a solas en la montaña y orar. Incluso con las necesidades de tanta gente presionándole, el Señor hace del tiempo a solas con Dios su prioridad.
Me dieron de beber vinagre
El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente. Diré al Señor: “Mi refugio y mi fortaleza, mi Dios, en quien confío”. Porque él te librará de la trampa del cazador y de la peste mortal. Te cubrirá con sus alas, y bajo sus alas hallarás refugio; escudo y adarga es su fidelidad. No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, …
Ningún arma forjada contra ti tendrá éxito, y refutarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Señor y su vindicación de mi parte, declara el Señor”.
Salmo de David. El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar. Junto a aguas tranquilas me conduce. Él restaura mi alma. Me guía por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque camine por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí en presencia de mis enemigos; unges mi cabeza con aceite; mi copa rebosa. …