Grano en la linea de agua del ojo
Quiste conjuntival
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La mayoría de las personas tienen moscas volantes que aparecen y desaparecen, y a menudo no necesitan tratamiento. Pero a veces las moscas volantes pueden ser signo de una afección ocular más grave. Por eso, si nota la aparición repentina de nuevas moscas volantes que no desaparecen, es importante que informe a su oftalmólogo.
Las moscas volantes suelen producirse por cambios normales en los ojos. A medida que envejecemos, pequeñas hebras de vítreo (el líquido gelatinoso que rellena el ojo) se adhieren entre sí y proyectan sombras sobre la retina (la capa de tejido sensible a la luz situada en la parte posterior del ojo). Esas sombras aparecen como moscas volantes.
Su oftalmólogo puede comprobar la presencia de moscas volantes en un examen ocular con dilatación de pupila. El oftalmólogo le administrará unas gotas para dilatar (ensanchar) la pupila y, a continuación, le examinará los ojos en busca de moscas volantes y otros problemas oculares.
Si las moscas volantes dificultan la visión e interfieren en la vida cotidiana, el oftalmólogo puede recomendar una vitrectomía para eliminarlas. Hable con su médico sobre los riesgos y ventajas de esta operación.
Flotador permanente en un ojo
La conjuntivitis alérgica suele causar síntomas de leves a moderados, incluido el enrojecimiento, que responden a un tratamiento no medicamentoso. Sin embargo, a veces los síntomas pueden ser extremadamente graves y debilitantes, con hinchazón de los párpados, las conjuntivas y sensación de arenilla y quemazón. A diferencia de la conjuntivitis causada por una infección bacteriana, la conjuntivitis alérgica no es contagiosa, por lo que no puede transmitirse de una persona a otra.
La conjuntiva es una capa de tejido que recubre la parte anterior del globo ocular (la parte blanca del ojo) y el interior de los párpados, pero no cubre la córnea (la parte coloreada del ojo). Ayuda a proteger el ojo de agresiones como el humo, las bacterias y los alérgenos del aire, así como de los efectos nocivos del sol y el viento. El ojo también está protegido por los párpados, las lágrimas y la córnea.
Los párpados también pueden verse afectados por una reacción alérgica, que provoque la hinchazón de los tejidos laxos del párpado con la consiguiente caída del mismo. En casos de hinchazón grave, los párpados no pueden abrirse y el espacio entre los párpados superior e inferior se vuelve como una rendija.
Disfunción de las glándulas de Meibomio
¿Qué son los milios? Los milios son pequeños quistes blancos o amarillentos que pueden aparecer en cualquier parte de la cara, incluso en los párpados o debajo de los ojos. También pueden aparecer en otras partes del cuerpo. A veces se denominan manchas de leche o semillas oleaginosas y suelen aparecer en grupos. De hecho, casi la mitad de los recién nacidos a término tienen al menos algunos milios faciales. Pero los milios también pueden afectar a adolescentes y adultos. En la mayoría de los casos, los milios no se infectan. La forma singular de milia es el milium. ¿Qué causa la milia? La milia se produce cuando las células muertas de la piel o las queratinas (proteínas que se encuentran en la piel y el pelo) quedan atrapadas en la base de un folículo piloso o una glándula sudorípara. Esto provoca una pequeña protuberancia que parece un pequeño grano o espinilla. No se sabe muy bien cuál es la causa de los milios. Los milios no son acné, que suele estar provocado por las hormonas y causa inflamación. El sol daña la piel y es un factor de riesgo. Demasiado sol hace que la piel se vuelva áspera y correosa, por lo que es más difícil que las células muertas suban a la superficie de la piel y se desprendan con normalidad. Los milios también se asocian a lesiones cutáneas causadas por heridas, medicamentos o enfermedades. Estas formas menos frecuentes se denominan milios secundarios. A veces, los milios desaparecen sin tratamiento. Pero también pueden persistir a menos que se tomen medidas para eliminarlos.
Ojo arenoso
Los pacientes pueden tener la sensación de tener arenilla en los ojos. A veces, el único signo es visión borrosa. Algunas personas incluso experimentan lagrimeo, lo que puede parecer contradictorio. Nuestras lágrimas están compuestas de agua, aceite y mucosidad. Para que la lágrima sea adecuada, se necesitan los tres elementos. Si no tiene suficiente aceite debido a la obstrucción de las glándulas sebáceas de los párpados (algo muy frecuente), las lágrimas serán de mala calidad y pueden evaporarse demasiado rápido. El cerebro lo reconoce y envía una señal para que se produzcan más lágrimas de mala calidad. En algunos casos, puede convertirse en un círculo vicioso.
El ojo seco puede deberse a una deficiencia de aceite en la película lagrimal o a una deficiencia del componente acuoso de las lágrimas. La deficiencia de lágrimas también puede ser un signo de una enfermedad autoinmune como el síndrome de Sjogren. La cirugía ocular previa también puede suponer un riesgo, aunque es más frecuente con la cirugía LASIK. También puede deberse a una sobreexposición del ojo. A menudo, el párpado inferior se vuelve laxo con la edad, lo que expone la córnea y provoca sequedad ocular. En casos graves, puede ser médicamente necesario tensar los párpados inferiores.